sábado, 12 de junio de 2010

ABRIL

"Yo te perdí
una tarde de abril..."

Veníamos en el carro los tres y él puso esa canción desconocida. No pude hacer más que mirar por la ventana y quedarme callada con muchas ganas de llorar, pensando en la ironía de esta cercanía física, inversamente proporcional a la distancia real. Lo más duro de perder a alguien es tenerle cerca, una proximidad que se convierte en cascarón hueco... ahora todo es un cascarón.

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